Y yo vi a los lilbros


¿Y tú qué has estudiado para eso? - Vea yo, si le contara. Pues yo… ¿Terminaste el bachillerato? - Sí. ¿Dónde? ¿Aquí? - No, lo terminé en el Cebadal. Pero que le digo, fue acelerado, pero ya fue a la edad.

Yo le voy a contar mi historia, que fue mi vida, es mi vida. Yo no tuve papá, no lo conocí. Tuve mamá, sí, pero no me crie con mi mamá, porque mi mamá me había tenido muy jovencita a los 15 años. Entonces ella me dejó con mi abuelita. O sea, éramos así, teníamos el hogar, pero nosotros éramos, como les digo, mayordomos en una finca. Entonces yo me acuerdo desde que yo era pequeña mi mamá pues era madre soltera y tuvo tres hijos.

La primera era yo, luego mi hermano Alfredo y luego Bolívar. Y yo los… pues yo no conocí muñecas, yo no conocí juguetes, yo no… Yo era los niños, verlos a mis hermanos, cargarlos, lavar ropa, antes decíamos las bayetas, como decían las bayetas y todo. Yo me acuerdo de que a los 12 años que yo pude trabajar, me compré el primer parcito de zapatos. 

¿Pero a los 12 años ya estabas trabajando? - Sí. 

¿Haciendo qué? - Pues me iba a rejuntar papas, era vaquera, sacaba leche, les ganaba a los otros así a sacar leche, porque era a ordeñar a mano. Y era con baldes, a veces eran tres, cuatro cantinas de 40. Y íbamos a una finca, pues ya es bonito esa finca era toda y era larga, pues… era inmensa, pues donde nos tocaba ir a recoger el ganado, todo bien limpio.

Y ahí me fui criando, fui a la escuela. En la escuela, ya mi mamá, pues ella… como ella se desentendió de nosotros, mi abuela era mi papá, abuelo y mi mamá. Entonces ella, ella pues decía que… teníamos que ir a rejuntar papitas, rejuntaba… 

¿Qué es desentenderse la mamá de uno? - Pues no, preocuparse por uno. Sí, pero ella no, ella era como… ella era más con los otros hijos que porque eran varones. Ah. Y yo era la mujer, entonces… Sí, entonces, sí, entonces no… eran preferidos los hombres. Por ejemplo, si nacía una mujer, pues era lo peor. Y si era un varón, pues ¡ay! bienvenido, y era todo. Y al adulto y todo, ese machismo que siempre hubo en esa época. 

¿Y ya no hay? - Pues yo no, yo, pues yo, yo que nazca una niña, yo tal vez la quiero más que a mí, más al varón, porque el varón es más guapo.

Y ya, pues no, no sé, porque yo tuve tres mujeres, tres varones. Y verá ¿no? Y luego ya, pues bueno, ya mi mamá se casó, el padrastro. 

¿Se casó otra vez? - No, no, ella era soltera, pero tuvo hijo de uno, hijo de otro, y así. Luego vino y se casó con un señor, para qué un buen señor. Él a mí me reconoció como haber sido hija, pero yo no era hija de él. Entonces mi mamá tuvo ocho hijos. Entonces, yo era la mamá de ellos, porque yo cogía y ya venían mis hermanos que yo me acuerdo de que tenía catorce años, y les enseñé a caminar, yo les quité las bayeticas, como decir, yo era la que les lavaba, los bañaba, les daba de comer y todo. Por eso mis hermanos, ellos me dicen, la mamá segunda. Por eso yo crie a mis hermanos, crie a mis hijos y sigo criando niños.

Porque mi anhelo es ese, yo los quiero a mis niños y ellos me quieren. Yo le recibo mil niños, pero no a los papitos. Porque los papitos vienen, días amanecen con, yo no sé, días, buenos días, buenos días, señora, ¿Cómo está?, ¿Cómo amaneció? Días vienen, dicen de mala gana, ¡tomá el niño! Yo pues, bueno, Diosito bendito, los pongo en las manos de mi Dios. Porque, dígase mijo, ¿Qué hago con ponerme brava? Y ya, yo les doy un abrazo a los niños, ellos me abrazan y vamos a jugar.

Llegan bravos los papases, a veces por lo económico, pienso yo. Porque pues a veces no tienen plata, a veces falta, hay veces esa incomprensión. O ya llega el sábado, se van a tomar, reciben el salario y se van a tomar.

O si ella, la mamá, quiere pues más tiempo para las cosas de ella personales, pues que ella estar bien arregladita, que no quiere pues al niño que se le apegue.

¿Y entonces terminaste el bachillerato acelerado y luego qué hiciste? Ah, y vera ¿no?, entonces primero que me acuerdo de 14 años y a mis hermanos ya los cuidé y todo eso. Luego me enamoré y me casé. A los 19 años me casé. A los 20, ya para los 21 tuve a mi primer hijo. A los 22 tuve el otro hijo. A los 23 el otro. Y a los 24 el otro. Y a los 25 el otro.

De ahí me demoré 5 años y tuve la otrica. Y el último me demoré 8 años. No, pues con mi esposo, pero lastimosamente tuve, ya hubo un accidente y se fue pues. Sí, se murió. Yo quedé de 36 años y quedé con 6 hijos. El último era de un añito, estaba empezando a caminar. Él era negociante de ganado y vino ahí en las lunas, vino un bus urbano de esos verdes y él venía pagando una carrera en un Daewoo y se fue el bus urbano encima. No murió al instante. Tres meses duró. Y se acabó, porque ya dijeron que estaba el reventado por dentro. Y se acabó y ya, pues yo quedé con… sino que yo veía a mis hijos y decía Dios mío, ¿pero qué hago? Y yo pues, yo qué voy a decir, yo tenía mis animalitos, tenía mis vaquitas de leche y todo. Y con eso me fui, pues, parte endeudada.

¿Todo en el Páramo? - Sí, y parte endeudada, pero salí de esas deudas porque Dios es grande. Yo no me he suelto de las manos de mi Dios y de la Santísima Virgen y los santicos que son intercesores ante mi Dios. Por eso será por lo que, pues, mi Dios es grande y me ha dado esa fuerza de voluntad de salir adelante.

Vos, dijo mi abuelita, te vas a la escuela. Yo me acuerdo que dos añitos estuve en la escuela. Primero y segundo. Me dijo, tal puedas poner tu nombre y hagas la primera comunión estás hecha. Eso fue lo que me dijo. Ah… qué sumar, ni qué leer, ni qué escribir, solo poner el nombre.

Aprendí a escribir cuando mis hijos estuvieron en la escuela, luego en el colegio, ellos me enseñaban. Pero también me preguntaban: mami, ¿Cómo es esta tarea? Y yo: diosito, diosito, ¿Qué hago?, ¿Qué hago?, ¿Qué hago?, ¿Por dónde cojo? ¡Ya! Pedir ayuda. Y yo pues así, amistades ha habido y me regalaron libros, y yo los vi a los libros, el Coquito me acuerdo tanto.

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