TEMPLO DE SAN PEDRO DE LA LAGUNA
La Laguna. 1884. Plumilla de Riou
El presbítero Justino Mejía y Mejía, sostiene que “Quizá por no ser una laguna formal, sino un rezumadero de las vertientes de la montaña se dio a La Laguna el nombre de Huiquipamba, que en quichua quiere decir el Llano de las Lágrimas”[1].
Sigue el presbítero relatando que, según el Doctor Rafael Sañudo, La Laguna fue fundada por Alonso Carrillo quien con autorización de la Audiencia de Quito fundó también otros 20 pueblos más por el año de 1586, con el objeto de aprovechar la mano de obra indígena a favor de los colonizadores.
Es la única iglesia, ubicada en el corregimiento de La Laguna, del nivel uno, construida en el siglo XX, aunque el pueblo existía antes de la llegada de los españoles. Cesar Oswaldo Ibarra, citado por Fonseca (2006), relata que, mediante investigación en los archivos de la Real Audiencia de Quito, pudo constatar que las primeras informaciones sobre este poblado datan de Pedro Cieza de León de los años 1541 y 1550 y afirma que “… también comarcan con estos pueblos y indios de los Pastos otros indios y naciones a quien llaman Quillasingas (…) también hay otro pueblo que se llama Pastoco, y otro que está junto a una laguna, está en la cumbre de una montaña y más alta sierra, de agua frigidísima”[2].
Sobre este punto, anota el autor la necesidad de caer en cuenta que la concepción de los indígenas para la ubicación y diseño de sus pueblos correspondía más a la dispersión de las viviendas que a la usada por los españoles, conglomerada en un solo lugar y en consecuencia, la concepción de territorio en los indígenas, es más amplio que el usado por los conquistadores.
Justino Mejía y Mejía sostiene que “En 1589 fue encomienda de Alonso del Valle y contaba con 140 indios tributarios, siendo doctrina de los religiosos de Santo Domingo. Fue asiento de indios Quillasingas”[3].
Pedro Alcántara Herrán, Tomás Cipriano de Mosquera y Flórez, libraron en 1840, en las inmediaciones de La Laguna, una batalla contra el general José María Obando; luego en 1842, el Coronel José de Dios Ucrós combatió también en La Laguna contra los revolucionarios.
Una sucinta contextualización de este importante templo y de otros más, relatada por el actual párroco de San Pedro de La laguna, Gonzalo Díaz Campaña y el Magister Cesar Ibarra, quien fuera su par en la restauración, indica que en su momento, en tiempo de la colonia, los españoles entregaron La Laguna, en forma de Encomienda, a los frailes Dominicos que en ese tiempo tenían un convento donde ahora está la iglesia de Cristo Rey. Con posterioridad, los Dominicos la entregaron al clero diocesano.
Es preciso recordar que en Pasto, en tiempos de la colonia, los curas del territorio eran Franciscanos y Dominicos, después Agustinos y Mercedarios. En el sitio donde está ahora la catedral, estaban los franciscanos y tenían la Iglesia de San Francisco y su convento en toda la manzana. Estos conventos se perdieron con Tomás Cipriano de Mosquera en el proceso de desamortización de bienes de manos muertas. Después de esta persecución, a principios del siglo XX, llegaron al mismo tiempo a Pasto los frailes Capuchinos, la Beata Madre Caridad Brader, La Beata Encarnación Rosal y el Santo Ezequiel Moreno y Díaz.
La actual casa, contigua entre el templo y la casa cural en La Laguna, era el convento de los dominicos, de la cual queda solamente la parte frontal. Luego fue casa del clero diocesano, posteriormente de los Capuchinos y nuevamente del clero diocesano.
Antes de 1900 La Laguna pertenecía a la parroquia de La Panadería. La parroquia de San Pedro de La Laguna, como tal, data del 9 de junio de 1900, erigida como tal por San Ezequiel Moreno y Díaz con los anejos de Pejendino y Mocondino que fueron segregados de la Parroquia de San Sebastián de Pasto y bajo la guía pastoral de los RR.PP Capuchinos, quienes la administraron hasta 1918, cuando Monseñor Antonio María de Val nombró el primer párroco del clero diocesano en la persona del presbítero julio Bravo[4].
El antiguo templo de La Laguna, quedaba en el lugar donde ahora es el despacho parroquial y los muros de la casa cural son los originales de la capilla de la encomienda. Mientras se construía la iglesia, el culto se oficiaba en la capilla antigua. Cuando la iglesia estuvo lista, la capilla se derrumbó dejando solamente los muros que hoy son los de la casa cural.
El trabajo de construcción de los templos en tiempo de la Colonia, por razones obvias era difícil, y solamente podía ser llevado a cabo por personas como el español Gaspar de Cebrones, quien fue el que construyó el templo de Santiago y parece ser el constructor del templo de La Laguna por el gran parecido de las estructuras. Se debe tener en cuenta que al interior de los conventos de esa época habían las condiciones adecuadas para que, quienes estaban adentro, pudieran destacarse en cualquier ámbito intelectual.
Para 1920, el templo de San Pedro de la Laguna era de una sola nave, construida en tapia y teja. Durante los años de 1930 a 1947 continúan los trabajos de construcción de un nuevo templo de tres naves, que se da por terminado el 29 de junio de 1947. Sin embargo, antes de un mes, el 14 de julio del mismo año un terremoto lo averió gravemente y con posterioridad otro en 1997 completó la tarea de destrucción.
Este desastre se explica, porque las paredes de la iglesia por ser de tierra, sin amarre, tienden a abrirse, y los arcos hacen el papel de amarre de las paredes. Si el arco se parte, las paredes se abren y la estructura se cae.
El párroco Gonzalo Díaz Campaña, fue mandado, prácticamente, a terminar de derrumbar todo, pues el arco toral en del presbiterio, que sostiene toda la estructura, tenía dos fracturas y los tres arcos del coro y los arcos laterales iniciales estaban rotos. El trabajo de recuperación lo inició el padre Díaz en 1986 y posteriormente también lo dio por terminado. Este proceso inició con la construcción de dos columnas, de vigas y zapatas para amarrar sobre encima la estructura.
Durante la reconstrucción se hicieron evidentes algunas características de la vieja construcción: los primeros metros de las paredes hasta una altura de 1.50 metros eran en ladrillo en forma de arcos de medio punto y que sobre los arcos se levantaron las tapias. Los arcos no tenían un fin decorativo sino de amarre artesanal de las estructuras.
A la fecha tanto el templo, estilo basílica, como la casa cural gozan de una adecuada reconstrucción, que conserva, para fortuna del corregimiento, los rasgos arquitectónicos y de materiales que permiten a Fonseca ubicarlo en nivel uno.
La iglesia toma un lado de la plaza, con el altar hacia el oriente. La entrada principal de la plaza, se topa con la extraordinaria vista del templo, ahora opacada por una malla que alberga una cancha y unos juegos infantiles que no hacen justicia al tesoro arquitectónico que los sustenta. Estéticamente todo el conjunto de la plaza está mal. Se intentó hacer un parque pero el resultado fue un adefesio, y se ha iniciado un proceso de destrucción de viviendas antiguas para poner en su lugar estilos que tropiezan con y no permiten sostener en La Laguna, la invaluable condición de pueblo nativo.
Sigue el presbítero relatando que, según el Doctor Rafael Sañudo, La Laguna fue fundada por Alonso Carrillo quien con autorización de la Audiencia de Quito fundó también otros 20 pueblos más por el año de 1586, con el objeto de aprovechar la mano de obra indígena a favor de los colonizadores.
Es la única iglesia, ubicada en el corregimiento de La Laguna, del nivel uno, construida en el siglo XX, aunque el pueblo existía antes de la llegada de los españoles. Cesar Oswaldo Ibarra, citado por Fonseca (2006), relata que, mediante investigación en los archivos de la Real Audiencia de Quito, pudo constatar que las primeras informaciones sobre este poblado datan de Pedro Cieza de León de los años 1541 y 1550 y afirma que “… también comarcan con estos pueblos y indios de los Pastos otros indios y naciones a quien llaman Quillasingas (…) también hay otro pueblo que se llama Pastoco, y otro que está junto a una laguna, está en la cumbre de una montaña y más alta sierra, de agua frigidísima”[2].
Sobre este punto, anota el autor la necesidad de caer en cuenta que la concepción de los indígenas para la ubicación y diseño de sus pueblos correspondía más a la dispersión de las viviendas que a la usada por los españoles, conglomerada en un solo lugar y en consecuencia, la concepción de territorio en los indígenas, es más amplio que el usado por los conquistadores.
Justino Mejía y Mejía sostiene que “En 1589 fue encomienda de Alonso del Valle y contaba con 140 indios tributarios, siendo doctrina de los religiosos de Santo Domingo. Fue asiento de indios Quillasingas”[3].
Pedro Alcántara Herrán, Tomás Cipriano de Mosquera y Flórez, libraron en 1840, en las inmediaciones de La Laguna, una batalla contra el general José María Obando; luego en 1842, el Coronel José de Dios Ucrós combatió también en La Laguna contra los revolucionarios.
Una sucinta contextualización de este importante templo y de otros más, relatada por el actual párroco de San Pedro de La laguna, Gonzalo Díaz Campaña y el Magister Cesar Ibarra, quien fuera su par en la restauración, indica que en su momento, en tiempo de la colonia, los españoles entregaron La Laguna, en forma de Encomienda, a los frailes Dominicos que en ese tiempo tenían un convento donde ahora está la iglesia de Cristo Rey. Con posterioridad, los Dominicos la entregaron al clero diocesano.
Es preciso recordar que en Pasto, en tiempos de la colonia, los curas del territorio eran Franciscanos y Dominicos, después Agustinos y Mercedarios. En el sitio donde está ahora la catedral, estaban los franciscanos y tenían la Iglesia de San Francisco y su convento en toda la manzana. Estos conventos se perdieron con Tomás Cipriano de Mosquera en el proceso de desamortización de bienes de manos muertas. Después de esta persecución, a principios del siglo XX, llegaron al mismo tiempo a Pasto los frailes Capuchinos, la Beata Madre Caridad Brader, La Beata Encarnación Rosal y el Santo Ezequiel Moreno y Díaz.
La actual casa, contigua entre el templo y la casa cural en La Laguna, era el convento de los dominicos, de la cual queda solamente la parte frontal. Luego fue casa del clero diocesano, posteriormente de los Capuchinos y nuevamente del clero diocesano.
Antes de 1900 La Laguna pertenecía a la parroquia de La Panadería. La parroquia de San Pedro de La Laguna, como tal, data del 9 de junio de 1900, erigida como tal por San Ezequiel Moreno y Díaz con los anejos de Pejendino y Mocondino que fueron segregados de la Parroquia de San Sebastián de Pasto y bajo la guía pastoral de los RR.PP Capuchinos, quienes la administraron hasta 1918, cuando Monseñor Antonio María de Val nombró el primer párroco del clero diocesano en la persona del presbítero julio Bravo[4].
El antiguo templo de La Laguna, quedaba en el lugar donde ahora es el despacho parroquial y los muros de la casa cural son los originales de la capilla de la encomienda. Mientras se construía la iglesia, el culto se oficiaba en la capilla antigua. Cuando la iglesia estuvo lista, la capilla se derrumbó dejando solamente los muros que hoy son los de la casa cural.
El trabajo de construcción de los templos en tiempo de la Colonia, por razones obvias era difícil, y solamente podía ser llevado a cabo por personas como el español Gaspar de Cebrones, quien fue el que construyó el templo de Santiago y parece ser el constructor del templo de La Laguna por el gran parecido de las estructuras. Se debe tener en cuenta que al interior de los conventos de esa época habían las condiciones adecuadas para que, quienes estaban adentro, pudieran destacarse en cualquier ámbito intelectual.
Para 1920, el templo de San Pedro de la Laguna era de una sola nave, construida en tapia y teja. Durante los años de 1930 a 1947 continúan los trabajos de construcción de un nuevo templo de tres naves, que se da por terminado el 29 de junio de 1947. Sin embargo, antes de un mes, el 14 de julio del mismo año un terremoto lo averió gravemente y con posterioridad otro en 1997 completó la tarea de destrucción.
Este desastre se explica, porque las paredes de la iglesia por ser de tierra, sin amarre, tienden a abrirse, y los arcos hacen el papel de amarre de las paredes. Si el arco se parte, las paredes se abren y la estructura se cae.
El párroco Gonzalo Díaz Campaña, fue mandado, prácticamente, a terminar de derrumbar todo, pues el arco toral en del presbiterio, que sostiene toda la estructura, tenía dos fracturas y los tres arcos del coro y los arcos laterales iniciales estaban rotos. El trabajo de recuperación lo inició el padre Díaz en 1986 y posteriormente también lo dio por terminado. Este proceso inició con la construcción de dos columnas, de vigas y zapatas para amarrar sobre encima la estructura.
Durante la reconstrucción se hicieron evidentes algunas características de la vieja construcción: los primeros metros de las paredes hasta una altura de 1.50 metros eran en ladrillo en forma de arcos de medio punto y que sobre los arcos se levantaron las tapias. Los arcos no tenían un fin decorativo sino de amarre artesanal de las estructuras.
A la fecha tanto el templo, estilo basílica, como la casa cural gozan de una adecuada reconstrucción, que conserva, para fortuna del corregimiento, los rasgos arquitectónicos y de materiales que permiten a Fonseca ubicarlo en nivel uno.
La iglesia toma un lado de la plaza, con el altar hacia el oriente. La entrada principal de la plaza, se topa con la extraordinaria vista del templo, ahora opacada por una malla que alberga una cancha y unos juegos infantiles que no hacen justicia al tesoro arquitectónico que los sustenta. Estéticamente todo el conjunto de la plaza está mal. Se intentó hacer un parque pero el resultado fue un adefesio, y se ha iniciado un proceso de destrucción de viviendas antiguas para poner en su lugar estilos que tropiezan con y no permiten sostener en La Laguna, la invaluable condición de pueblo nativo.
Comentarios
Aquel padresito fue el de mi primera comunión.
Felicitaciones por tus aportes a la cultura de nuestro pueblo.
Para tu información, estoy en vacaciones definitivas por la normatividad laboral.
Estoy ¨encarretado escribiendo una historia novelada sobre la NAVIDAD SANGRIENTA, vivida en San Juan de Pasto y sus poblaciones circundantes el 24 de diciembre de 1812. La cual fue ejecutada por los aristócratas venezolanos Sucre y Bolívar.
Por lo anterior te solicito el favor de informarme si tú tienes una bibliografía sobre esta masacre.
Saludos
Roberto El abuelo Surdiko sobreviviente.
Nota; Te adjunto alguna bibliografía que he conseguido en bibliotecas y librerías.
Arturo: La bibliografia no autorizada por los aulicos del aristócrata Venezolano Simón Bolívar, es la siguiente
1-' Estudios sobre la vida de Bolívar por José Rafael Sañudo (1935)
2. Memorias de Simón Bolívar. por Ducoudray Holstein ( 1829 )
3.' Caminos de Piedra, por Eduardo Arroyave Velez (1955 )
4. Bolivar. por Salvador Madarriaga (1951)
5. Simon Bolivar, una pasión política, por Mario Hernadez Sanchez Barba.(2004)
6. Obando de cruz verde a cruz verde , por Antonio Lemos Guzman. 1978
7. Raices ancestrales del Libertador Simon Bolivar. por Francisco Alonso Palacios Botero (2002
8. Bolivar y la Revolución. German Arciniegas 1984
9.. Bolivar , de SanJacinto a Santa Marta. Germana Arciniegas.1988
10. Simón Vida de Bolivar. por Jose Ignacio Garcia hamilton. 2004
11. Moderna Biografia de Simon Bolivar, por el Psiquiatra Mauro Torres.1999
12. Mi Simon Bolivar por Fernando Gonzalez 1930
13.' Viaje por la Republica de Colombia en 1823, por G.Mollien.
Tambien existe un articulo de Carl Marx sobre Bolivar y un libro de Bartolome Mitre. ( Argentino.)
Nota: Marx fue muy critico con Bolívar
14. entre otros
Le cuento que como tema de tesis he escogido como sitio de estudio el Corregimiento de La Laguna... Como estudiante de arquitectura y como pastuso, espero lograr una propuesta que dignifique y ponga en valor esos sitios historicos...
Muy pronto le estare compartiendo tal propuesta...
Soy Francisco Fernández Mayo, natural de un pueblecito de la provincia de León, en España, llamado Cebrones del Río aunque resido en Tarragona. Estas son mis direcciones postal y electrónica respectivamente:
Francisco Fernández Mayo.- Bloque Filipinas, escalera C, 6º, 1ª.- San Pedro y San Pablo.- 43007 TARRAGONA
franfermay@ hotmail.com
Trato de escribir sobre Fray Gaspar de Cebrones, capuchino nacido en 1864, misionero que fue en Ecuador, Puerto Rico, COLOMBIA, Venezuela y Cuba, donde fundó varias Casas de Misión. He podido recopilar algunos datos, pero son insuficientes para elaborar una semblanza o biografía; así pues me veo en la necesidad de seguir indagando y solicitando ayuda y colaboración de terceras personas.
Pude encontrar por casualidad en Internet alguna referencia que de él hace usted al referirse a los trabajos de construcción de templos en tiempo de la Colonia y así dice que fue el español Gaspar de Cedrones (aquí habría que cambiar Cedrones por Cebrones) quien construyó el templo de Santiago y tal vez también el de La Laguna.
Pues bien, le pido encarecidamente su colaboración para que me indique en qué localidades se encuentran dichos templos, así como la fuente de la que ha sacado estos datos, y si existiera algún documento acreditativo y fuese posible fotocopiarlo o fotografiarlo para enviármelo por e-mail o por correo postal le quedaría muy agradecido.
Igualmente recibiría con gran satisfacción cualquier otra información que me pudiera facilitar del citado personaje.
Aprovecho ya la ocasión para darle las gracias y enviarle un efusivo y cordial saludo.
Francisco