TEMPLO DE ANGANOY
El Templo de Anganoy, ubicado en la vereda del mismo nombre, pertenece a los templos de nivel dos, es decir que tiene ambigüedad respecto a la originalidad de la construcción, que no permite establecer su presencia antes del siglo XX; entre los templos ubicados en este nivel están también los de Cabrera, Cujacal, Buesaquillo, Gualmatán y Obonuco, sobre los cuales escribire oportunamente.
Anganoy, está absorbido por la ciudad, su centro poblado está prácticamente transformado en Barrio y abriga en su seno, el Templo de Anganoy.
Anganoy en quechua significa nido de buitres. El padre jesuita Jaime Álvarez, citado por el arquitecto Fonseca relata que, en tiempos pasados, cuando el volcán Galeras (Urcunina) estaba cubierto de hielo, los habitantes de esta vereda, subían por él y lo vendían en Pasto.
El 12 de julio de 1823, a solo seis meses del 24 de diciembre de 1822, fecha nefasta en que el Batallón Rifles, desoló la ciudad de Pasto, al mando de Bartolomé Salom, Antonio José de Sucre y Juan José Flórez, un numeroso grupo de indígenas y sectores populares de Pasto se presentaron en los altos de Anganoy bajo las órdenes del Teniente Coronel Agustín Agualongo y propinaron una dura derrota a palos, al infame venezolano Juan José Flórez, encargado del mando militar en Pasto[1].
El padre Jaime Álvarez citado por Fonseca, relata también que “Anganoy fue teatro del combate dirigido por el general Manuel María Franco de las fuerzas gobiernistas contra las de Don Julio Arboleda y el coronel Manuel Ibáñez, en uno de tantos episodios fratricidas que ensangrentaron a nuestra patria”[2]. Ese estallido revolucionario se extendió luego por el país y fue dominado rápidamente, no obstante en Pasto y Túquerres, prevalecieron las guerrillas durante un año más.
El padre Jaime Álvarez citado por Fonseca, relata también que “Anganoy fue teatro del combate dirigido por el general Manuel María Franco de las fuerzas gobiernistas contra las de Don Julio Arboleda y el coronel Manuel Ibáñez, en uno de tantos episodios fratricidas que ensangrentaron a nuestra patria”[2]. Ese estallido revolucionario se extendió luego por el país y fue dominado rápidamente, no obstante en Pasto y Túquerres, prevalecieron las guerrillas durante un año más.
Luego de la derrota a palos de Juan José Flórez, el turno fue para Pedro Alcántara Herrán quien fue derrotado por Agualongo en las inmediaciones de Catambuco y Anganoy y que al presentarse el derrotado delante del indio “Puesto de rodillas, con las manos juntas en presencia de ambas fuerzas combatientes, imploró el favor que no lo matasen…sic… Agualongo le contestó con desprecio que él no mata rendidos”[3].
[1] ALCALDIA MUNICIPAL DE PASTO. Historia de Pasto. Pasto: Graficolor. 1998. p. 36-37[2] Ibid, p 50
[3] ALCALDIA MUNICIPAL DE PASTO. Historia de Pasto.p.37-38
Comentarios
DEBEN DECORARLOS CON FLORES TIPICAS DE NARIÑO Y FORMAR GUIAS DE TURISMO PARA EXPLICAR A LA GENTE LOS TEMPLOS QUE VISITAN.
SON TANTAS COSAS DE TRADICION QUE ALUDEN A LA MEMORIA DE LA COLONIZACIÓN RELIGIOSA ESPAÑOLA, PERO A LA VEZ, A LA FE ARRAIGADA DE UN PUEBLO CREYENTE Y HGUMILDE A LA CRUZ, UNOS PUEBLOS QUE LUCHA CON LA AVETAJADA CIUDAD DE ATRIZ QUE LOS TOMA EN LA HISTORIA CITADINA DE CADA DIA.
ESTOS TEMPLOS RURALES SE URBANIZAN AL PASO DEL TIEMPO Y SE PIERDEN LAS FIGURAS TRADICIONALES, LOS SERMONES Y PASAJES DE ABUELOS Y NIÑOS JUGANDO CON EL JESUS DE LA FE, QUE SE ESCAPA EN LAS NOCHES DE LOS PASTOS.
AMIGO DE ESTAS ANDANZAS FOTOGRAFICAS, QUE NO TE VAYA A ENCOTRAR DE MONAGUILLO POR ESTOS LARES DE LAS CURIAS, LAS SOTANAS Y LOS BASTONES DE OBISPO.
QUE DIOS BENDIGA TU OBRA.
HECTOR TREJO CH.