¿QUIEN DIJO A COMER CARNE?

Los exportadores de ganado se quedaron con las reses que se exportaban a Venezuela y con ayuda del gobierno han dispuesto rebajas del 15% en los precios de la carne en las grandes superficies (Léase Alkosto y Exito, en el caso de Pasto). Se pretende, ahora sí, incrementar el consumo per cápita de carne de los colombianos, poco acostumbrados a estos platos por sus altos precios, ya que según cálculos del gobierno, cada kilo que un colombiano consuma representa 200.000 reses sacrificadas, de las 800.000 represadas.

Para esto el gobierno nacional, los gremios, los productores y las grandes superficies lanzaron la semana de la carne.La confianza en esta política radica en la sensibilidad que la carne presenta frente a una rebaja en el precio por unidad.

El coeficiente de elasticidad precio de la demanda mide el cambio porcentual de la cantidad comprada de carne como resultado de un cambio porcentual del precio de la misma, en un período determinado. En este caso la carne presenta una demanda elástica, es decir, que a cada porcentaje de rebaja en el precio, le corresponde un porcentaje de aumento en la compra, más que proporcional.
Estos incrementos en el consumo se pueden esperar teniendo en cuenta que la carne, para vastas capas de nacionales, es considerado un bien de lujo dados sus precarios ingresos. La gente de altos ingresos no incrementará necesariamente el consumo de carne puesto que para ellos es un bien inferior, pero se espera por lógica económica pegada de la teoría de la elasticidad, que los pobres de este país, representados en más de 20 millones sí lo hagan.

Lo equivocado de la política está, primero, en que los pobres no compran carne en las grandes superficies, sino en la tercena del barrio, y segundo, grandes superficies no hay en todas partes.

(Fotos del mercado de ganado de Jongovito, en Pasto)

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