QUILLACINGAS O HATUNLLACTAS
“Si pastos no somos, somos quillacingas
Y nunca se supo quien fue el que fundó,
ésta tierra de locos de bajo perfil…” (Bambarabanda)
Que si los habitantes de esta comarca, a la llegada de los españoles, eran Pastos o Quillacingas, es una dualidad engañosa, porque se da por sentado que, en lo que hoy se conoce como municipio de Pasto, existían solamente los dos grupos o uno de ellos, asunto que puede hacer parte de un hecho mal interpretado en una época y que se sigue repitiendo como si fuera la única verdad. A propósito, el presbítero Mejía y Mejía, en su libro Geografía pastusa de la fe, de 1961, afirma que Canchala, Tescual y Chapal pertenecían a la provincia de los Pastos y que en esos sitios existían encomiendas, y que Pejendino, Catambuco, Jamondino, Obonuco, Mijitayo, Botana, Anganoy, Pandiaco, Mocondino, pertenecían a la provincia de los Quillacingas, cada uno también, con su propia encomienda.
Sin embargo, el recordado doctor Emiliano Díaz del Castillo, en su libro San Juan de Pasto siglo XVI de la edición conmemorativa de los 450 años de Pasto, publicado en 1987, argumenta que los primigenios pobladores de esta comarca conformaban la nación de los Hatunllactas, para lo cual como buen historiador, acude a los viejos del Libro primero de Cabildos de Quito que transcribo textualmente por respeto al autor.
“Sabemos por el Libro Primero de Cabildos de la Villa de San francisco de Quito que, apoco de fundada ésta y mientras se adelantaban las labores administrativas de organización del gobierno, el capitán Pedro de Puelles y Melchor de Valdés iniciaron el descubrimiento, conquista y pacificación “camyno a la mar del sur”, así consta en el acta del 22 de diciembre de 1534. Al mismo tiempo se preparaba el grupo de conquistadores que acometería el descubrimiento de tierras hacia el norte de Quito; efectivamente, la primera incursión se cumplió bajo órdenes del capitán Sebastián de Belalcázar y avanzó hasta Caranqui.
El 15 de febrero de 1535 el capitán Diego de Tapia solicitó a los señores del cabildo de Quito la designación de una persona que lo reemplazara en su cargo de alcalde, porque él estaba de partida, por orden de Belalcázar (…) a conquistar e sujetar ciertos yndyos de guerra e bysytar a los que an venido a las pazes (…) [Libro primero de Cabildos de Quito. Descifrado por José Rumazo González. Tomo Primero. Quito 1934].De manera que los indios que habían venido “a las pazes” eran los que encontró Belalcázar cuando avanzó hasta Caranqui y los que diego de Tapia debía conquistar y sujetar, que eran “yndyos de guerra”, se encontraban al norte. ¿Cuáles eran esos indios de guerra?
Sabemos que Caranqui estaba, como está ahora, cerca de Ibarra, de manera que la nación de indios de guerra que debía conquistar y sujetar Diego de Tapia se encontraba al norte de Caranqui y de los caranquis, tribu esta última que fue duramente castigada por el Inca Guanyna-Capac en Yaguarcocha. ¿Qué pueblos indígenas eran esos? Veámoslo. Los más cercanos a los Caranquis eran unos indios que fueron calificados por Garcilazo Inca como viles, bestiales, que comían carne humana, pueblo al que los Incas conquistadores pusieron por apodo Quillacenca, el mismo que los españoles transformaron en Quillacinga, toponímico de origen quechua y por lo tanto diferente al autóctono que debieron tener esos aborígenes.
Estos quillacingas vivían en territorio hoy limítrofe entre las actuales provincias de Carchi e Imbabura, acaso junto o cerca al río Chota y por ello lindaban con la nación de Los Pastos, la que se prolongaba hacia el norte y oriente hasta el río Pastarán, más tarde llamado por los Incas Angasmayo y por los descendientes de los conquistadores españoles, Guáytara.
Tanto a los Quillacingas del Chota, como a los Pastos y a los Hatunllactas, don Sebastián de Belalcázar y sus capitanes los llamaron Quillacingas, es más, aún a los indígenas de Popayán dieron el mismo apelativo, eso hicieron por razones políticas y de conveniencia personal, como luego veremos.
Dijimos que el 15 de febrero de 1535 el capitán Diego de Tapia pidió al Cabildo de la Villa de Quito se designara la persona que debía reemplazarlo como alcalde, porque él estaba de partida para conquistar y sujetar ciertos indios de guerra (los Quillacingas del Chota) y visitar a “los que han venido a las paces”, los Caranquis. A comienzos de la segunda quincena de febrero partió el capitán Diego de Tapia a cumplir su misión, por ello no se encuentra su nombre en el acta de la siguiente sesión del Cabildo de Quito. Poco antes del 29 de marzo de ese año, estuvo de regreso y asistió a la reunión del ayuntamiento, de manera que empleó algo más de un mes en su correría conquistadora.
El viernes 25 de junio de 1535 se nombró por primera vez en el acta de sesión del Cabildo de Quito y quedó así consignado para la historia el toponímico Quillacinga y se dejó constancia de una actividad española de poblamiento en ese territorio, cuando menos de tal propósito; esto ocurrió cuando el regidor Alonso Fernandez dijo:
(…) que el dicho señor capitán (se refiere a Diego de Tapia, quien presidía el cabildo) bien sabe c
omo estando en dicha villa muchos españoles que al presente son ydos a la conquista e población de quyllacinga e otros que an ydo a la población de tunybanba e otros que abyan ido de antes con pedro de puelles a puerto viejo (…)
¿Hasta qué lugar avanzó el capitán diego de Tapia en sus descubrimientos hacia el norte? El mismo capitán Tapia responde: “hasta el rrio grande de quillacinga”, así consta en el acta del 28 de junio de 1535 cuando para atender la solicitud del regidor Alonso Fernández señaló el capitán Tapia los términos de la jurisdicción de la Villa de San Francisco de Quito, con estas palabras:
(…) y por la vya de quillacinga hasta el rrio grande de quillacinga norte sur ques donde llego el dicho señor tenyente (Diego de Tapia) por mandado del dicho señor capitán (Sebastián de Belalcázar) e dexo tomada la posesyon dello y aquello y lo demás quel señor tenyente tomo posesyon e descubrió e dexo pacifico el señor capitán rrepartio a los vezinos desta dicha villa (…).
Firmó esta definición de los límites de la Villa de San Francisco de Quito el capitán Diego de Tapia, en su carácter de Teniente de Gobernador Capitán General de la provincia; debemos suponer que lo hizo con autorización e instrucciones de Belalcázar, quien no estuvo presente en esa reunión del cabildo.
Los historiadores están de acuerdo en que el llamado “río grande de Quillacinga” por el capitán Diego de Tapia, es el mismo Pastarán o Angasmayo o Guáytara. De manera que el límite entre las naciones de los Pastos y los Hatunllactas (estos últimos llamados desde entonces “Quillacingas” por los conquistadores españoles, con notable impropiedad) fue también el límite entre la provincia de Quito y los nuevos territorios descubiertos por Belalcázar.
De lo transcrito y dicho queda claro que el Capitán Diego de Tapia conquistó entonces el territorio de Los Pastos y que Belalcázar lo distribuyó entre los vecinos de Quito.
Es también punto claro por el texto transcrito del Libro Verde que desde el primer momento existió el propósito de hacer poblaciones en el territorio de Quillacinga, en plena etapa de descubrimiento y conquista…
¿Por qué Belalcázar y sus capitanes no conservaron el antroponímico Hatunllactas para los integrantes de la nación que encontraron al norte de Los Pasto, sino que los bautizaron con el de la tribu que vivía cerca de Ibarra y del río Chota?
La respuesta es clara: porque Belalcázar necesitaba aparentar ante Pizarro que no había avanzado en sus conquistas más allá el territorio señalado por el gobierno de España a la gobernación de Pizarro. Toda conquista que rebasara el límite del gobierno del Perú, significaba el dominio de tierras que estaban fuera de la jurisdicción de Pizarro y ese hecho podría dar lugar a la constitución de un nuevo gobierno, el cual no era mirado con buenos ojos por Pizarro, aunque a la postre lo consiguió Belalcázar para sí.
Con este traslado del toponímico “provincia de Quillacinga” que usó Belalcázar para el territorio situado al norte de Los Pastos, logró dar la apariencia de estar obrando dentro de la jurisdicción de Pizarro; con este propósito y para evitar la identificación del lugar, que lo podía delatar, hubo ocasiones en que usó el plural y habló de las “provincias de Quillacinga”; el mismo Belalcázar se encargó luego de probar la diferencia de estos territorios y consiguió para sí la gobernación de las tierras por él conquistadas fuera de las asignadas a Pizarro, esa fue la Gobernación de Popayán.
(…) Quillacinga fue ficción conquistadora, como lo fue llamar Quillacingas a los Hatunllactas”
[Tomado de: DIAZ DEL CASTILLO, Emiliano. San Juan de Pasto Siglo XVI. Edición conmemorativa de los 450 años de Pasto. Editorial Nomos Ltda. 1987. p. 53-61]
Comentarios
soy un joven caleño de 24 años ansioso por conocer mas del origen del apellido pejendino .. en mi corta busqueda su blog es la unica fuente q e encontrado.
le pido el favor si tien informacion del apellido y sus origenes o informacion de la creacion del corregimiento pejendino se lo agardeceria si me la envia al mi correo christianpjg@gmail.com muchas gracias por su atencion
Quienes eran los hatunllactas. ?
- de donde provienen, significado amplio de la palabra, el resto la historia, antropologia, arqueología y otras ciencias lo descubren.