POTENCIAL TURISTICO DE LOS CORREGIMIENTOS DE PASTO
[Corregimiento de El Socorro]
El acercamiento investigativo a los corregimientos de Pasto llevó a transformaciones intelectuales inesperadas. Por una parte, ya no se trató solamente de construcciones teóricas, basadas en instrumentos como la encuesta o la entrevista, lo fáctico, el contacto directo con el objeto de estudio jugó un papel crucial en la pretensión de construir teóricamente a partir de ello, y en este trasegar se aprendió que, metodológicamente, antes de embarcarse en una experiencia empírica es necesaria la claridad teórica de quien investiga, “El pensamiento empírico es claro, inmediato, dice Bachelard en La formación del espíritu científico, cuando ha sido bien montado el aparejo de las razones”.
[Paseo ecológico en Chimayoy]
La aprovechabilidad turística de los recursos naturales y aún culturales, convertida en objeto de estudio, reclama coherencia entre método y experiencia cognoscitiva. No se pueden hacer estudios sin acudir a un cambio en el método de conocer, para hacerlo no solo de manera racional, sino también empírica.
La fragilidad propia de los sistemas naturales y culturales de los corregimientos de Pasto, conllevan la necesidad de discutir sobre la pertinencia de su aprovechabilidad turística.
La investigación se abordó con un referente teórico referido al potencial endógeno territorial sostenible, a la transculturalidad y al turismo, y las categorías que se utilizaron, correspondieron a las propuestas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para el levantamiento del inventario de recursos turísticos; sin embargo, para la fase de conclusiones, hubo necesidad de una conversión teórica, en todo el sentido de la palabra.
El contacto con cada corregimiento, mostró el subsistema social con pérdida de valores campesinos, el económico empobrecido, el de equipamiento e infraestructura en deterioro, el de asociatividad en decadencia, el cultural amenazado y el ambiental quebrantándose. En consecuencia se convino en que antes de promover la aprovechabilidad turística, de los recursos corregimentales identificados, urge la conservación o recuperación de los mismos.
[Casa campesina de El Socorro]
Por estas razones, si se quiere éticas, se adoptó una posición teórica asociada al denominado Turismo Rural, enfoque interesado en diferenciar el turismo blando, relacionado con la vida agrícola que protege la naturaleza, el ambiente y la cultura de las localidades rurales, con el denominado turismo duro y masivo. Este enfoque se retoma aquí para la discusión de conclusiones, como aporte de la investigación al conocimiento sobre la aprovechabilidad del potencial endógeno de los corregimientos de Pasto, enfocable al desarrollo turístico.
[Lago Sindamanoy]
Los recursos naturales, son una de dos las bases sobre las cuales se asienta el potencial turístico de los corregimientos y resalta en especial: el Humedal Internacional RAMSAR Lago Guamués, Sindamanoy o simplemente La Cocha; los Parques Naturales Nacionales (Santuario de Flora y Fauna Galeras y el Santuario de Flora Isla la Corota); las reservas naturales de la sociedad civil ubicadas en El Encano, varias fuentes hídricas y hermosos paisajes que adornan las tierras de esta comarca.
[Ganado en la quebrada. Corregimiento de El Socorro]
Estos recursos se encuentran sometidos a presión ambiental por varios factores: la ampliación de la frontera agrícola en zonas de páramo, subpáramos y humedales acompañada de explotación maderera y producción de carbón vegetal; las actividades ganadera y agrícola, que generan contaminación debido al vertimiento de aguas residuales sin tratamiento; los cultivos ilícitos, y la construcción no planificada, desde el punto de vista ambiental, de drenajes, trochas, caminos y carreteras sobre los bosques y páramos.
[Carbón vegetal. El Encano]
En estas circunstancias, no cualquier aprovechabilidad turística sería deseable. El turismo o la simple visita a los corregimientos de Pasto, se hace por varios motivos, pero en últimas lo que convoca es el disfrute de la naturaleza y el ambiente sin contaminación. Esto hace que el tipo de turismo deseable para los corregimientos sea el denominado turismo blando, acerca del cual Oxinalde Reguero, citado por Lucía Mediano, sostiene “… es un turismo consciente y responsable que observa un gran respeto por las características del país anfitrión y por la idiosincrasia de su población” . Incorpora ética al turista y al turismo, expresada en sensibilidad y respeto hacia la cultura y formas de vida de la gente del campo, hacia la naturaleza y por ende a la consecución de beneficios tanto para el anfitrión como para el visitante.
[El Socorro]
Hay otras características que permiten una definición más completa de turismo rural. Mediano plantea cinco características que hacen parte de su definición:
La primera hace referencia a que son actividades que se realizan en el medio rural, que conjugan los intereses de la comunidad que acoge con los intereses turísticos y los medioambientales;
La segunda plantea que el turismo rural es un turismo de oferta reducida, así la demanda sea amplia, asunto que evita la masificación y ofrece en cambio pequeñas infraestructuras en armonía con las características del territorio local donde esté ubicada;
La tercera característica implica que el turista utiliza los recursos naturales y culturales del medio rural con respeto y cuidando de su conservación y sostenibilidad, asunto este de vital importancia, por cuanto su implementación depende de la participación activa de la población local en el óptimo aprovechamiento de los recursos al mismo tiempo que se preservan y mejoran;
[Campesinas en Chimayoy]
La cuarta característica del turismo rural es que no suple, sino que aporta, ingresos adicionales a la actividad agrícola;
Y la quinta característica, plantea un turismo que convoca a personas que escapan de la masificación de otro tipo de turismo, en busca de contacto directo con el medio rural y con el conocimiento de sus particularidades, lo que implica en el fondo un importante componente educativo, que no se da el turismo masivo.
[Lago Sindamanoy]
Estas características hacen del Turismo Rural el concepto más aceptado hoy en el mundo, y como, en la práctica, se denomina turismo rural a aquel que se desarrolla en el medio rural, en el caso del municipio de Pasto donde este tipo de turismo no existe se debe hacer el esfuerzo de iniciar su promoción adecuadamente, con el fin de no aumentar más el quebrantamiento de los subsistemas del entorno agrario, con un turismo o por lo menos con un desplazamiento, invasivo y depredador.
Hay tres grandes riesgos citados por Mediano a los que se somete permanentemente el medio rural, precisamente por actuaciones públicas y privadas, sin previo entendimiento sobre turismo rural:
[Caminantes de la ruta libertadora: Tacines]
Un primer riesgo es el de implantar en la zona actuaciones turísticas (léase visitas, en el caso de Pasto) sin analizar previamente el impacto que tendrían sobre el medio ambiente y la población local. Se ha vuelto actuación constante de la institucionalidad pública invitar al “rescate de los corregimientos”, con visitas masivas a los mismos de ciclistas, sin ninguna capacitación previa sobre la necesidad de cuidar la naturaleza y conservar el medio ambiente; también se invita a hacer caminatas sobre frágiles sistemas ecológicos de subpáramos sin mayores consideraciones ambientales. De alguna forma se supone que los paseantes tienen la suficiente conciencia para no dejar huella ecológica en estos sitios o que no es necesaria la conservación de estos territorios, en contravía de lo que todavía se evidencia en la conducta ciudadana: indolencia frente a la disposición final de todo tipo de residuos.
[Emisario de alcantarillado directo al Lago Guamuez]
También se observa la visita masiva de personas en fin de semana y en fiestas patronales a los corregimientos. Los corregidores y los fiesteros invitan a participar masivamente en las fiestas patronales, sin tener en cuenta que el número de visitantes exceda la capacidad de carga parques, vías de acceso y equipamiento del corregimiento.
[Uno domingo cualquiera en el parque de Jenoy]
Por otra parte la débil capacidad de asociatividad, asociada al bajo nivel de escolaridad de sus miembros, el casi nulo conocimiento en temas empresariales y muy pocas las empresas propias, creadas y desarrolladas por los habitantes de los corregimientos, conforman el escenario para el segundo riesgo: no contar con la activa participación de la población local, lo que podría traducirse en un rechazo por parte de los mismos o en una negativa a participar en el desarrollo de su hábitat, con el consecuente aprovechamiento del mismo de personas extrañas a él. Actualmente la mayoría de manifestaciones empresariales existentes son producto de la iniciativa y gestión de personas ajenas a los corregimientos. Hay sí, pequeños negocios, como tiendas, restaurantes (varios improvisados para el fin de semana), panaderías, talleres familiares de artesanías.
La debilidad en asociatividad y empresarismo en los corregimientos, mantiene el riesgo latente de que la motivación que se haga para desarrollar turismo en la zona, permita a personas extrañas desarrollar esas iniciativas y que, en lugar de desarrollar un turismo ecológico que proteja las condiciones de la naturaleza y la cultura, se desarrolle un seudoturismo depredador, que termine haciendo una masacre ecológica.
[Asaderos de cuyes en las calles de Jenoy]
A propósito Mediano, considera de importancia singular la activa participación de las personas oferentes en la elaboración de una política de desarrollo turístico, entendidos como tales a los campesinos dueños del sector rural y no a las agencias de viajes, operadores turísticos o entes gubernamentales o académicos, como una manera de asegurar que los oferentes sean los principales beneficiarios de la actividad turística y evitar la explotación del medio rural por parte de personas ajenas al territorio; también considera que el turismo blando tiene una especial inclinación hacia la conservación de la naturaleza y el respeto al medio ambiente como la única forma de asegurar a largo plazo la base de un desarrollo turístico, y nadie como el mismo dueño de la tierra para entender la importancia del apropiado aprovechamiento turístico
del medio rural, como también del comportamiento adecuado que se espera de los turistas y visitantes.
El tercer riesgo es que los turistas que accedan a territorio rural no tengan conciencia ecológica y se comporten en contravía a la cultura de la población, a la naturaleza y al medio ambiente. No es turista rural aquel que simplemente va al campo, lo es aquel que va acompañado de una alta motivación hacia el disfrute de la naturaleza y de un entendimiento sobre el significado de lo que le rodea, de su aporte a la sociedad y lo hace permitiendo que generaciones futuras también lo puedan hacer. Y de esto sí que se necesita aprender.
Este corto texto trae a colación la otra base del potencial turístico de los corregimientos: la cultura campesina.
El municipio cuenta con una fuerte tradición de cultura campesina e indígena en los corregimientos que rodean la ciudad. En Pasto suena redundante hablar de Pasto y de los pueblos que lo rodean, por cuanto no se puede concebir la historia de la ciudad sin la influencia y la vida que estos poblados le han otorgado, como tampoco se puede hablar de los poblados sin hacer referencia a la ciudad.
Vastos territorios corregimentales aún conservan su nombre original, que mantienen viva la memoria de tiempos pasados: La Laguna, Buesaquillo, Pejendino, Pandiaco, Obonuco, Jongovito, Catambuco, Jamondino, Mocondino; varios templos en los corregimientos dan cuenta de originarios asentamientos de pueblos indios llegados al Valle de Atriz por agregaciones y repartimientos españoles: Tescual, Gualmatán, Canchala, Puerres y Cujacal. Estos y otros templos se erigieron bajo disposiciones de la corona española a través de capellanías, cofradías, haciendas, encomiendas y resguardos indígenas.
Por su parte, las fiestas religiosas que aún celebran los corregimientos de Pasto son ancestrales; sus raíces se encuentran en las expresiones indígenas prehispánicas, imbricadas con los eventos agrícolas y su cosmovisión. Inmersa en las fiestas campesinas está la tradición culinaria y gastronómica propia del altiplano andino, ubicado entre Nariño y el sur del continente, y cuya máxima expresión la encuentra en el cuy. Cada corregimiento y cada vereda dentro de él, tienen sus propias fiestas ligadas a un santo patrono, lo que constituye en sí mismo una invaluable riqueza cultural, que hace imprescindible adelantar, con criterio conservacionista, un manejo sostenible de la misma y evitar su deterioro. Expresiones, como las Guaguas de pan, fluyen todavía en las festividades del sur, gracias a ejercicios clandestinos dispuestos a toda costa a mantener vivos los ritos agrarios y cosmológicos durante 400 años de colonización española, empeñada en desarraigarlas por considerarlas idolatrías.
Aunque la identidad en su origen, es un asunto de descubrimiento, pues uno se descubre implícitamente afiliado y apegado a la pastusidad, una perspectiva comunitaria que no ha escogido, puede mediante el ejercicio de la libertad optar voluntariamente por vivir desde la perspectiva descubierta. Las nuevas generaciones están llamadas a conservar la tradición, y en un acto de libertad frente a tantas opciones, decidirse por conservar los términos de esta cultura ancestral.
[Robot en las guaguas de pan de Jongovito]
Este tesoro cultural, templos y festividades, se encuentra en condiciones precarias por cuanto frente a él, tanto campesinos como citadinos en general, muestran condicionantes culturales negativos, expresados en desafecto a casi todo lo antiguo, en especial al patrimonio cultural considerado solamente como algo folclórico, en la connotación negativa del término.
Estas anotaciones permiten deducir la imperiosa necesidad de concienciar sobre las características del turismo rural, tanto a la población campesina oferente como a los visitantes, caminantes, posibles turistas y a la población en general. Es preciso desarrollar en Pasto una cultura de turismo rural, que lleve en primera instancia a que los campesinos de Santa Bárbara, Catambuco, El Encano, Mocondino, Jamondino, Jongovito, Mocondino, Mapachico, Genoy, La Caldera, Morasurco, Buesaquillo, San Fernando, La Laguna, Cabrera, Obonuco y El Socorro, se apropien, de su terruño, se identifiquen con él, lo cuiden y sostengan, tomen conciencia profunda del gran valor, ya identificado, de sus atractivos turísticos y que antes de buscarles aprovechabilidad, se apropien de ellos para, posteriormente, en asocio con el municipio y el acompañamiento de la academia, ofrezcan turismo rural de calidad a los habitantes de la ciudad y de la nación.
La misma concienciación debe procurarse a los visitantes y posibles turistas y a la sociedad en general. Toda información que salga tanto del sector público como del privado debe ser cuidadosamente planeada, pues su papel en este proceso de motivar hacia el turismo rural, es de gran importancia. No hay que olvidar que existen nichos de mercado a la espera de esta información, para acudir a consumir turismo rural. Existen turistas distintos, que saben de y buscan turismo alternativo, rural, con las características planteadas pero cuya oferta es un asunto de competitividad.
Para ser pastusos tenemos que quererlo y para quererlo tenemos que vivirlo, en medio de la globalización propensa al desamor por lo propio.
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EL TRABAJO QUE DESARROLLAS ES MUY IMPORTANTE PARA EL PROGRESO DEL CORREGIMIENTO
Ivan Estheban descance
ing ambiental III semestre