ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL -OSC- Y DESARROLLO EN NARIÑO
La Consulta, sobre la eficacia del desarrollo de las Organizaciones de la Sociedad Civil –OSC- arrojó los siguientes resultados agrupados en un texto unitario.
El mayor valor agregado de las OSC para el accionar de los procesos, es el Recurso Humano, visto desde el aporte generado por los colaboradores de cada organización, tendiente a desempeñar un trabajo amplio, profesional y comprometido con la difícil situación de las comunidades objeto de la intervención. Las OSC, con su personal, llegan donde el estado no llega. De esta manera, se logra dar cumplimiento a los objetivos planteados por las OSC, enmarcados en su totalidad en los ODM, frente a los cuales buscan alcanzar el mayor impacto.
Las diferentes OSC tienen en común el interés por la promoción y garantía de los derechos humanos, los valores, principios y situación particular de cada grupo de población. Este es un elemento articulador de las OSC en Nariño, explicable entre otras razones, por la crisis humanitaria que vive el departamento desde hace 20 años y que se agrava con el correr de los días debido al incremento de homicidios, desplazamiento, desapariciones, confinamiento y creciente fenómeno del refugio, como consecuencia del conflicto y la incidencia del narcotráfico, amén de la pobreza y la indigencia en aumento.
Las OSC tienen sin embargo restricciones para su actuación, la más importante es que hay ayudas hechas por la cooperación como si fueran limosnas. Algunos cooperantes no comprenden que estas ayudas connotan solidaridad e inversión; esto obliga a las organizaciones civiles a implementar estrategias para romper ese pensamiento lineal que crea subordinación de las comunidades a las OSC y de éstas ante la cooperación.
Otra restricción para el desempeño visible de las OSC lo representan la delincuencia y la situación de orden público, que obligan a mantener un bajo perfil, especialmente en cuanto al manejo de los recursos financieros.
En el territorio no hay gobernanza, y la gobernabilidad está en entredicho, ya que en muchas localidades, las condiciones de vida las imponen los armados, haciendo difícil la actuación de las OSC. Más aún, el exterminio de líderes y dirigentes sociales, afecta de manera determinante el desarrollo de un espacio propicio, provoca gran desolación en las organizaciones, y éstas terminan actuando bajo el imperio del temor y el miedo, disminuyendo así su capacidad de generar ambientes propicios en las comunidades.
Tal como se muestra, los ambientes en que se desempeñan las OSC, no siempre son habilitantes y
facilitadores, más bien se desenvuelven en un ambiente estigmatizador, especialmente si tienen que ver directamente con la defensa de los derechos humanos, actividad mirada en algunos círculos como criminal, por no estar de acuerdo con las directrices del gobierno de turno.
Esto hace necesario que las OSC enfoquen también su trabajo a la mentalización de otros actores de desarrollo sobre la legitimidad de sus acciones.
También se considera importante la vinculación del sector privado con nuevas propuestas para beneficio de la población, pues es notoria su ausencia en los esfuerzos por el desarrollo . La relación del sector privado con la problemática social es débil y crea un limitante en la construcción conjunta del desarrollo. A pesar de que en Colombia, el tema de la responsabilidad social empresarial –RSE- está de moda, en el departamento de Nariño y su ciudad capital, Pasto, es inexistente, excepto por algunos esfuerzos académicos del Programa de Contaduría Pública de la Universidad Mariana.
La Universidad Mariana, ha iniciado procesos de académicos, de proyección social e investigación para la promoción de la RSE y de la herramienta de Balance Social, como mecanismos para interesar a los empresarios sobre la problemática social; de igual manera ha iniciado un proceso de mediano aliento en la Comuna 10, para lo cual dialoga permanentemente tanto con la comuna sobre los proyectos de las OSC presentes en ella, como también con cooperación internacional para lograr una inserción pertinente con las necesidades de la comunidad. Las OSC, de la comuna en particular y del departamento de Nariño en general, reconocen a las universidades como aliados esenciales, por sus aportes de conocimiento y trabajo voluntario de jóvenes en semestres de práctica y pasantía.
Las OSC aceptan como principios fundamentales de su intervención: no remplazar a la comunidad, promover en cambio su autonomía e independencia y lograr impactos positivos en el bienestar social. La generación de autonomía, es la clave para que las comunidades sea autora directa de lo que quiere conseguir. No es justo considerar la comunidad como objeto de hechos y acciones, al contrario debe ser respetada como sujeto y actor de su propio bienestar.
Esto tiene una relación directa con la eficacia, entendida tanto como la forma en que se obtienen resultados, como en los impactos positivos que surgen por medio del trabajo realizado en una determinada zona. De igual manera, la eficacia se expresa en el efecto de sostenibilidad de los procesos y en la capacidad de respuesta inmediata para responder a necesidades urgentes. En consecuencia, consideran importante formular siempre líneas de base antes de dar inicio a un proceso, de tal forma que permita medir el impacto.
Los valores que más caracterizan las OSC en su trabajo con la comunidad son innovación, recursividad, transparencia y rendición de cuentas. Ante la escasez de recursos, las OSC y las comunidades acuden a idear nuevos procedimientos y buscar nuevas fuentes de recursos para que los procesos no se detengan. Sobre transparencia y rendición de cuentas, se inició un proceso en 2009, en el cual 24 ONG con presencia en Pasto rindieron cuentas de manera voluntaria, en un verdadero ejercicio de claridad sobre su actuar. Las OSC, consideran que justicia y verdad tienen un papel importante en cuanto al manejo eficiente y eficaz de los recursos para la satisfacción sostenible de las necesidades de la comunidad.
Las OSC desarrollan procesos comunitarios que buscan ser legitimados por comunidades receptoras. La legitimidad es una percepción de la comunidad, diferente a lo legítimo más cercano al cabal cumplimiento de la ley. No obstante como la percepción siempre está afectada por los intereses frente a los resultados, a los objetivos o a la manera de actuar de las organizaciones, la rendición voluntaria de cuentas es un importante instrumento de las OSC para medir su impacto en la sociedad y producir legitimidad sobre su misión y su compromiso directo, ya que están bajo la mira de los beneficiarios y su entorno, de los pares, los donantes, y el estado. Esta rendición se hace teniendo en cuenta las características de cada organización maneja, pero básicamente corresponde a la entrega de informes, memorias, estadísticas, indicadores de impacto, todos encaminados a verificar los resultados.
Las OSC reunidas en Pasto consideran que en la medida que se avanza en los procesos, se hace necesario recopilar evidencias de lo que se ha trabajado, como una muestra de que se está dando cumplimiento a los compromisos adquiridos frente a la sociedad, para lo cual se asume el desafío de la articulación con los medios de comunicación para visibilizar así los impactos que se generan en las comunidades y el territorio.
Ante situaciones conflictivas entre OSC que se presentan a medida que se realizan los procesos sociales, debe primar el criterio de no competir entre organizaciones ni instituciones, que prestan un servicio encaminado al mejoramiento de los diferentes espacios de convivencia y aprendizaje.
Dadas las situaciones de orden público que se presentan en el país y que generan inconvenientes para llegar a los diferentes territorios y zonas afectadas, se debe tener acudir a los líderes comunitarios, para facilitar el proceso de inserción, ya que conocen el terreno y además tienen la confianza de la comunidad; así se garantiza mejor la seguridad de los facilitadores y la realización de los procesos.
Teniendo en cuanta los inconvenientes que se han presentado con instituciones que apoyan a las organizaciones de la sociedad civil, se hace prudente promover el dialogo, para conocer tanto las disposiciones que las orientan, como los diferentes procesos que se adelantaran con o sin su ayuda.
Finalmente, si las Organizaciones de la Sociedad Civil consiguen legitimación por parte de la comunidad, podrán realizar una adecuada articulación encaminada a la formación y fortalecimiento de los procesos y coadyuvar en la construcción de soluciones para las diversas problemáticas del país.
CORPRONAR , Fundación Biotopo, Proceso Comunidades Negras -PCM-, Corporación Guasimi, Fundación Arca de Noé, Conciliadores, Asociación de vivienda El Rosario, Oficina de Cooperación Internacional de la Gobernación de Nariño, Asociación Scout de Nariño, CCONG, APBOBORCA, La Alianza, Fundación Luna Crear Arte, Moviment Per La Pau, Comité de víctimas de las pirámides, Corporación Semilla Ensueños, FUNDEPAZ, USAID- MIDAS, ONG Pan amazónica, Oficina de cooperación internacional de Cámara De Comercio De Pasto -, Instituto de desarrollo de Nariño, PNUD, AGROSOLIDARIA, Voces de Nariño.
El mayor valor agregado de las OSC para el accionar de los procesos, es el Recurso Humano, visto desde el aporte generado por los colaboradores de cada organización, tendiente a desempeñar un trabajo amplio, profesional y comprometido con la difícil situación de las comunidades objeto de la intervención. Las OSC, con su personal, llegan donde el estado no llega. De esta manera, se logra dar cumplimiento a los objetivos planteados por las OSC, enmarcados en su totalidad en los ODM, frente a los cuales buscan alcanzar el mayor impacto.
Las diferentes OSC tienen en común el interés por la promoción y garantía de los derechos humanos, los valores, principios y situación particular de cada grupo de población. Este es un elemento articulador de las OSC en Nariño, explicable entre otras razones, por la crisis humanitaria que vive el departamento desde hace 20 años y que se agrava con el correr de los días debido al incremento de homicidios, desplazamiento, desapariciones, confinamiento y creciente fenómeno del refugio, como consecuencia del conflicto y la incidencia del narcotráfico, amén de la pobreza y la indigencia en aumento.
Las OSC tienen sin embargo restricciones para su actuación, la más importante es que hay ayudas hechas por la cooperación como si fueran limosnas. Algunos cooperantes no comprenden que estas ayudas connotan solidaridad e inversión; esto obliga a las organizaciones civiles a implementar estrategias para romper ese pensamiento lineal que crea subordinación de las comunidades a las OSC y de éstas ante la cooperación.
Otra restricción para el desempeño visible de las OSC lo representan la delincuencia y la situación de orden público, que obligan a mantener un bajo perfil, especialmente en cuanto al manejo de los recursos financieros.
En el territorio no hay gobernanza, y la gobernabilidad está en entredicho, ya que en muchas localidades, las condiciones de vida las imponen los armados, haciendo difícil la actuación de las OSC. Más aún, el exterminio de líderes y dirigentes sociales, afecta de manera determinante el desarrollo de un espacio propicio, provoca gran desolación en las organizaciones, y éstas terminan actuando bajo el imperio del temor y el miedo, disminuyendo así su capacidad de generar ambientes propicios en las comunidades.
Tal como se muestra, los ambientes en que se desempeñan las OSC, no siempre son habilitantes y
facilitadores, más bien se desenvuelven en un ambiente estigmatizador, especialmente si tienen que ver directamente con la defensa de los derechos humanos, actividad mirada en algunos círculos como criminal, por no estar de acuerdo con las directrices del gobierno de turno.
Esto hace necesario que las OSC enfoquen también su trabajo a la mentalización de otros actores de desarrollo sobre la legitimidad de sus acciones.
También se considera importante la vinculación del sector privado con nuevas propuestas para beneficio de la población, pues es notoria su ausencia en los esfuerzos por el desarrollo . La relación del sector privado con la problemática social es débil y crea un limitante en la construcción conjunta del desarrollo. A pesar de que en Colombia, el tema de la responsabilidad social empresarial –RSE- está de moda, en el departamento de Nariño y su ciudad capital, Pasto, es inexistente, excepto por algunos esfuerzos académicos del Programa de Contaduría Pública de la Universidad Mariana.
La Universidad Mariana, ha iniciado procesos de académicos, de proyección social e investigación para la promoción de la RSE y de la herramienta de Balance Social, como mecanismos para interesar a los empresarios sobre la problemática social; de igual manera ha iniciado un proceso de mediano aliento en la Comuna 10, para lo cual dialoga permanentemente tanto con la comuna sobre los proyectos de las OSC presentes en ella, como también con cooperación internacional para lograr una inserción pertinente con las necesidades de la comunidad. Las OSC, de la comuna en particular y del departamento de Nariño en general, reconocen a las universidades como aliados esenciales, por sus aportes de conocimiento y trabajo voluntario de jóvenes en semestres de práctica y pasantía.
Las OSC aceptan como principios fundamentales de su intervención: no remplazar a la comunidad, promover en cambio su autonomía e independencia y lograr impactos positivos en el bienestar social. La generación de autonomía, es la clave para que las comunidades sea autora directa de lo que quiere conseguir. No es justo considerar la comunidad como objeto de hechos y acciones, al contrario debe ser respetada como sujeto y actor de su propio bienestar.
Esto tiene una relación directa con la eficacia, entendida tanto como la forma en que se obtienen resultados, como en los impactos positivos que surgen por medio del trabajo realizado en una determinada zona. De igual manera, la eficacia se expresa en el efecto de sostenibilidad de los procesos y en la capacidad de respuesta inmediata para responder a necesidades urgentes. En consecuencia, consideran importante formular siempre líneas de base antes de dar inicio a un proceso, de tal forma que permita medir el impacto.
Los valores que más caracterizan las OSC en su trabajo con la comunidad son innovación, recursividad, transparencia y rendición de cuentas. Ante la escasez de recursos, las OSC y las comunidades acuden a idear nuevos procedimientos y buscar nuevas fuentes de recursos para que los procesos no se detengan. Sobre transparencia y rendición de cuentas, se inició un proceso en 2009, en el cual 24 ONG con presencia en Pasto rindieron cuentas de manera voluntaria, en un verdadero ejercicio de claridad sobre su actuar. Las OSC, consideran que justicia y verdad tienen un papel importante en cuanto al manejo eficiente y eficaz de los recursos para la satisfacción sostenible de las necesidades de la comunidad.
Las OSC desarrollan procesos comunitarios que buscan ser legitimados por comunidades receptoras. La legitimidad es una percepción de la comunidad, diferente a lo legítimo más cercano al cabal cumplimiento de la ley. No obstante como la percepción siempre está afectada por los intereses frente a los resultados, a los objetivos o a la manera de actuar de las organizaciones, la rendición voluntaria de cuentas es un importante instrumento de las OSC para medir su impacto en la sociedad y producir legitimidad sobre su misión y su compromiso directo, ya que están bajo la mira de los beneficiarios y su entorno, de los pares, los donantes, y el estado. Esta rendición se hace teniendo en cuenta las características de cada organización maneja, pero básicamente corresponde a la entrega de informes, memorias, estadísticas, indicadores de impacto, todos encaminados a verificar los resultados.
ACUERDOS COMPARTIDOS POR LAS OSC, SOBRE LOS DESAFÍOS QUE IMPLICA LA EFICACIA DEL DESARROLLO DE LAS OSC
Las OSC reunidas en Pasto consideran que en la medida que se avanza en los procesos, se hace necesario recopilar evidencias de lo que se ha trabajado, como una muestra de que se está dando cumplimiento a los compromisos adquiridos frente a la sociedad, para lo cual se asume el desafío de la articulación con los medios de comunicación para visibilizar así los impactos que se generan en las comunidades y el territorio.
Ante situaciones conflictivas entre OSC que se presentan a medida que se realizan los procesos sociales, debe primar el criterio de no competir entre organizaciones ni instituciones, que prestan un servicio encaminado al mejoramiento de los diferentes espacios de convivencia y aprendizaje.
Dadas las situaciones de orden público que se presentan en el país y que generan inconvenientes para llegar a los diferentes territorios y zonas afectadas, se debe tener acudir a los líderes comunitarios, para facilitar el proceso de inserción, ya que conocen el terreno y además tienen la confianza de la comunidad; así se garantiza mejor la seguridad de los facilitadores y la realización de los procesos.
Teniendo en cuanta los inconvenientes que se han presentado con instituciones que apoyan a las organizaciones de la sociedad civil, se hace prudente promover el dialogo, para conocer tanto las disposiciones que las orientan, como los diferentes procesos que se adelantaran con o sin su ayuda.
Finalmente, si las Organizaciones de la Sociedad Civil consiguen legitimación por parte de la comunidad, podrán realizar una adecuada articulación encaminada a la formación y fortalecimiento de los procesos y coadyuvar en la construcción de soluciones para las diversas problemáticas del país.
CORPRONAR , Fundación Biotopo, Proceso Comunidades Negras -PCM-, Corporación Guasimi, Fundación Arca de Noé, Conciliadores, Asociación de vivienda El Rosario, Oficina de Cooperación Internacional de la Gobernación de Nariño, Asociación Scout de Nariño, CCONG, APBOBORCA, La Alianza, Fundación Luna Crear Arte, Moviment Per La Pau, Comité de víctimas de las pirámides, Corporación Semilla Ensueños, FUNDEPAZ, USAID- MIDAS, ONG Pan amazónica, Oficina de cooperación internacional de Cámara De Comercio De Pasto -, Instituto de desarrollo de Nariño, PNUD, AGROSOLIDARIA, Voces de Nariño.
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