Ojos de capulí

"“Nuestras erupciones. (…) En ciertas épocas parece que falta tal talento o tal virtud y lo mismo en ciertos hombres; pero no hay más que esperar a los hijos y a los nietos, si hay tiempo para la espera; ellos sacarán a la luz el alma de sus abuelos, el alma de que sus mismos abuelos no se dieron cuenta. Muchas veces el hijo es el revelador del padre y éste se comprende mejor a sí mismo en su hijo”. (Nietzsche. La Gaya ciencia. P 23) ¡Qué bonita manera de referirse a los nietos!

Ella me mira desde su pequeño carro fijamente, con insistencia, sin parpadear, mientras  mastico 100 veces cada bocado. De vez en cuando me sonríe, y yo le hago musarañas para lograr otra pequeña sonrisa. 


Durante algo más de un mes anduve tras de ella para lograr que demuestre su interés respondiendo a todos mis halagos; finalmente, días antes de partir, sonreía cuando nos volvíamos a ver después de una o dos horas y, como un gran gesto, empezó a inclinar su cuerpo hacia mi al invitarla a un abrazo . 


Fue lindo tenerla en esta familia; como parte del núcleo todo giró en torno a ella, a su sueño, a su comida, a su baño, a su todo, y vimos con asombro cómo lo pequeño cobra significado. Toda la familia se interesó en sus necesidades, su mirada, sus gestos, el movimiento de sus manos, de sus piernas, de su cuerpo. Cada cosa nueva que hizo atrajo la atención, en especial su sonrisa y sus manos, cada vez más acertadas para coger lo que le interesaba; era lindo verla dormida o despierta o jugueteando con sus manos o chupándose los dedos o gritando o murmurando cosas que solo ella entendía o balbuceando con la vaca holstein. Ella es la renovación de la vida, el significado de la existencia, que siempre está fuera de uno.

La atención a esta pequeña volvió a abrir la perspicacia y la capacidad de avizorar la esperanza en medio de este tiempo turbulento que nos ha tocado vivir; la atención a cada uno de sus adelantos persistentes y creadores, permitió dimensionar los grandes avances que pronto nos llenarán de admiración; la manera como inició sin afán, nota a nota, gota a gota, risa a risa, pero con fuerza, sus relaciones con el complejo mundo de la vida y de las cosas, indica que echa redes insospechadas, subterráneas, para fijar los cimientos de una vida en plenitud. Esta pequeña es hermosa y nuestra visita permanente a sus dominios, a su campo de radiación, nos enseñó los valores de la persistencia, de la paciencia, de la tenacidad, y, dicho sea de paso, quedamos amorosamente anclados en sus redes.

Ya no está con nosotros, pero quedamos con el corazón cargado de afecto y energía para rato. Hacemos parte ya de su mundo inconsciente, de sus recuerdos más recónditos. Fue esperanzador ayudar a fortalecer sus alas y verla crecer en edad y gracia.

No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós. Esta es su familia de retorno, a donde siempre volverá, abrigada y tierna. Siendo ella nativa digital, no hay otra manera mejor que escribirle estas palabras y alojarlas en la nube, para que las lea, cuando pueda.

Ya no están esos ojos de capulí, con su brillo excepcional, suntuosamente únicos, para mirarme fijamente sin parpadear desde el cochecito; solo queda su pequeña almohada y su presencia, pero ya no soy el mismo desde su visita. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Hermoso! me hizo llorar, ya volveremos prontico, abrazos y besos. Caro.
Anónimo ha dicho que…
Lindo!
Anónimo ha dicho que…
It is really beautiful, makes me cry as well, and i can't wait to meet her, to touch her, and feel her little heart... hope to see you soon...
renixco ha dicho que…
Has hecho una hermosa y conmovedora semblanza de lo que significa el amor de los hijos en nuestros corazones, en nuestra vida, en nuestra cotidinidad...que con su llegada deja de ser "cotidiana" para convertirse en un desdoblar la vida...en un antes y un después...

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