El puente del diablo



- Relato de Alfonso Sánchez de la Vereda El mayo del municipio de la Unión, en Nariño-

Cuentan nuestros ancestros que hace mucho tiempo atrás, unos 200 o 350 años, mejor dicho, antes que Simón Bolívar pasara por acá con sus tropas, por la vereda El mayo de La Unión, en el límite del departamento de Nariño con el Cauca, existía un paso muy peligroso en el río Mayo, donde se dice que existía un dragón que se tragaba las personas; siempre, de cada grupo que atravesaba el río, se perdía una; si eran dos personas, al otro lado extrañamente solo llegaba una; si eran tres, solo llegaban dos.

En ese tiempo existía un señor llamado Dositeo, un hombre de palabra, un jornalero ambulante que andaba de finca en finca entre los dos departamentos y tenía que atravesar el río mayo casi todos los días. Dositeo manifestaba que había perdido muchos amigos y familiares en ese paso.

Cansado de eso, Dositeo comenzó a renegar y maldecir cada que atravesaba el río. Y siguió así, durante mucho tiempo. Hasta que una tarde, como a las seis y treinta dijo: quisiera que se me aparezca el diablo para hacer un pacto con él, y, enseguida se le apareció. Dositeo se asustó mucho pero de todas maneras lo enfrentó. El diablo dijo a Dositeo:

Las raíces de arrayanes de uno y otro lado del puente se entrelazan para darle soporte.
- Como te he escuchado quejarte tanto, te propongo lo siguiente: yo saco al dragón que se traba a la gente y construyo un puente para que pasen todos tranquilos por encima del río y no se pierdan más personas. A cambio, tú me entregas tu alma-.

Dositeo lo pensó durante un largo rato, como dos horas, tratando de hacer tiempo. Al final le respondió:

- Acepto pero con una condición-.

- ¿Cuál?-, preguntó el diablo.

- Que el puente esté terminado esta misma noche antes de que cante el gallo-.

El diablo aceptó e inmediatamente empezó a alistar los materiales para construir el puente.

En el puente del Diablo.
Empezó a pasar el tiempo. Dositeo miraba con miedo como avanzaba la construcción, mientras el diablo se reía al ver que le estaba rindiendo. Iban a ser las doce de la noche y el diablo ya iba a terminar. 

Dositeo se asustó mucho al ver que solo le faltaba poner una piedra para terminar el puente. Pero antes de que esto ocurra, de un momento a otro, cantó el gallo, y, el gallo, nunca cantaba a esa hora pues siempre lo hacía a la madrugada. 

El diablo se enfureció e intentó tumbar el puente a patadas, pero Dositeo le recordó que habían hecho un trato y que la palabra tenía que respetarla.

Dositeo quedó feliz pues no tenía que entregar su alma y el puente estaba prácticamente terminado pues la piedra que le faltaba no impedía que se utilice.

Después de esto, la gente pasaba tranquila sobre el río Mayo y nunca más desaparecieron las personas. 


Por eso este puente es conocido como El puente del diablo.
Sitio donde ahora se encuentra el Puente del diablo. El dibujo es de Andrè Rieux.





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