¿Cómo reseñar una investigación?
El potencial turístico de los corregimientos de Pasto.
Los corregimientos de Pasto resumen las pobrezas del municipio y
también las potencialidades del mismo. En medio de problemas de desempleo
rural, producción y comercialización agropecuaria, heladas, condiciones de
hacinamiento en las viviendas, saneamiento básico y otros más emergen la
belleza del paisaje y el ambiente todavía sano, la cultura tangible representada
en templos doctrineros de vieja data y vivienda campesina típica de paredes de
tapia y techo pesado y la cultura intangible propia y tradicional, expresada en
sus festividades y eventos.
Esta realidad compleja y hasta contradictora llevó a pensar desde
las ciencias económicas y contables, en la aprovechabilidad turística por los
propios campesinos de ese potencial, mediante el desarrollo de actividades empresariales
y asociativas, para lo cual se levantó el diagnóstico respectivo.
La mirada económica tuvo su primer encuentro con la interdisciplinariedad
al detenerse pensar en que el potencial, si bien puede ser aprovechado, debe
hacerse con criterios de sostenibilidad para no poner en peligro parajes ajenos
todavía a la contaminación y degradación, asunto que dio paso al abordaje del
problema de investigación desde las ciencias ambientales.
El segundo encuentro lo tuvo en términos de sostenibilidad
diferentes, referidos en este caso al mantenimiento en el tiempo de los
esfuerzos por aprovechar el potencial territorial y emergió así, la
asociatividad campesina evidenciada por Trabajo Social como una herramienta
indispensable para que los habitantes del territorio, mediante esfuerzos
asociativos, dirijan el desarrollo turístico sostenible, en su propio
beneficio.
La pobreza del territorio llevó también a pensar en la necesidad
de cerciorarse sobre las condiciones de base en que se encuentran los
corregimientos en cuanto a saneamiento básico y condiciones ambientales,
interés que dio origen al tercer encuentro, en este caso con las ciencias de la
salud y del ambiente, en concreto con los Programas de Enfermería y de
Ingeniería ambiental.
El cuarto encuentro lo tuvo con el marketing, es decir con la
promoción del territorio. En este caso fue Ingeniería de Sistemas quien asumió
el reto de estudiar las condiciones técnicas de los corregimientos con miras a
producir, mediante georeferenciación estrechamente ligada al conocimiento de
los corregimientos, un software promocional de su potencial turístico.
De esta manera, el proyecto asumido por la Universidad Mariana,
inicialmente, desde una sola disciplina, se enriqueció con las miradas epistemológicas
de las otras, y el abordaje investigativo fue interdisciplinar.
El equipo investigador fue consciente de que hubieran sido
posibles encuentros con otras disciplinas que se desarrollan tanto en la Universidad Mariana
tales como Educación, Psicología, Comunicación Social, Terapia Ocupacional,
como en diferentes universidades de la ciudad, pero a esta altura de los
acontecimientos, la movilización de más de ochenta personas a los
corregimientos ya era un asunto complicado, por lo que se desistió de la idea
de incluir otras disciplinas.
En el transcurso de la investigación se hizo una alianza público –
privada con la Alcaldía
de Pasto para dinamizar su desarrollo. La alianza basó su actuar en el interés
del Municipio de Pasto por apoyar proyectos e iniciativas que conduzcan a
fortalecer el desarrollo local con el fin de avanzar en la implementación de un
programa de Mercadeo Turístico Territorial. De esta manera el objeto de la
alianza se precisó en aunar esfuerzos económicos, técnicos, humanos y
logísticos con el fin de contribuir al desarrollo de la cadena productiva del
turismo mediante la producción de conocimiento sobre el potencial endógeno
enfocable al desarrollo turístico de los 15 corregimientos del municipio y la
capacitación de 15 personas en cada uno de ellos sobre la manera de identificar
y aprovechar el potencial turístico.
Este proceso de diálogo público - privado, encontró significativa
la producción de conocimiento útil, para la solución de problemas sociales
hecha con el compromiso de especialistas de distintas áreas y llevó a mirar el
objeto de investigación como algo complejo, con aristas cuya descripción es más
acertada en la medida que se aborde desde diferentes puntos de vista, dicho en
otras palabras, el acercamiento al potencial endógeno del territorio,
trasciende el interés de una sola disciplina.
El acercamiento al potencial endógeno territorial volvió pertinente
el conocimiento de la
Economía , la
Enfermería , la Ingeniería Ambiental ,
la Ingeniería
de Sistemas, el Trabajo Social y la Contaduría. Al fin y al cabo “descubrir” el
potencial endógeno de un corregimiento puede ser infructuoso y costoso si no se
logra un cambio en las costumbres de quienes lo habitan y se relacionan día a
día con él, para aprovecharlo de manera competitiva y sostenible.
Así en alianza público- privada y con el apoyo del Centro de
Investigaciones, de decanos y directores de programas, el grupo de docentes
investigadores, inició este caminar.
El proyecto fue presentado por el coordinador a finales de 2006 y
asumido por el Centro de Investigaciones, porque permitió a la Universidad
Mariana, participar y responder a las necesidades del entorno regional,
mediante el estudio de los problemas del contexto para contribuir al bienestar
y a la construcción de paz social. En este caso el aporte universitario correspondió
al análisis y construcción de nuevas perspectivas de bienestar para los más
pobres.
Junto a la Hermana Marianita Marroquín Yerovi, coordinadora de
investigación docente de la Universidad, se realizaron los primeros contactos
ínter disciplinares con decanos y directores de programas para motivar una
postura conceptual y afectiva frente al proyecto. Posteriormente, el Centro de Investigaciones,
solicitó a los cinco programas académicos anotados la designación de docentes
investigadores para desarrollar el proyecto, los cuales se encargaron de vincular
estudiantes de últimos semestres como coinvestigadores.
Los docentes elegidos fueron:
· Arturo Obando Ibarra, del Programa de Contaduría Pública, docente
de Trabajo Social, como coordinador del proyecto.
· Claudio Lasso, del Programa de Contaduría Pública.
· Weimar Gómez, del Programa de Ingeniería de Sistemas.
· Nelson Narváez, del Programa de Ingeniería Ambiental.
· Rosa Pabón, del Programa de enfermería.
El grupo
de docentes cumplió en el mes de febrero de 2007 tres tareas importantes: la
primera fue construir el equipo de investigación alrededor del proyecto inicial, el cual fue
enriquecido permanentemente desde el diálogo interdisciplinario, hasta llevarlo
al punto de aplicación; la segunda tarea consistió en distribuir las
responsabilidades de los docentes sobre algunos corregimientos y la tercera,
convocar y motivar estudiantes de cada programa académico para que se vinculen
como coinvestigadores al proyecto, que en este punto ya era profesoral,
interdisciplinario e institucional.
Construcción del equipo de investigación
Sobre el
proceso de tejido del grupo de investigación interdisciplinario se puede compartir
que, a pesar de la amistad previa entre los miembros, para los docentes fue tan
difícil hacer equipo como lo fue para los estudiantes, especialmente por las
posiciones sobre el objeto de estudio, el grado de profundidad de la
investigación, la interdisciplinariedad y la metodología. Esto se asumió como
un signo de que el grupo había iniciado camino y el descubrimiento que el grupo
de docentes investigadores poseía la característica de la autorregulación para
resolverlos animó el proceso
La
pregunta más importante desde el comienzo fue la relacionada con el quehacer de
cada programa académico en el proyecto, es decir con la interdisciplinariedad.
El
proyecto de investigación inicial, puesto a discusión por el coordinador del
proyecto, mostró que tenía debilidades metodológicas frente a los enfoques
disciplinares y se quedaba corto con relación a la oferta de cada programa
académico. La respuesta del equipo fue práctica en el sentido de construir la interdisciplinariedad
en la praxis, para la cual fueron fundamentales tres actitudes de los
investigadores: diálogo abierto, velocidad en el cambio y flexibilidad.
Inicialmente
se pensó el proyecto desde un paradigma integrador, el cual, después de varias
conversaciones sobre los alcances del mismo, se cambió a cuantitativo y se
reformó la metodología para adecuarla al nuevo paradigma.
No
obstante, luego, desde los aportes de los jurados de los trabajos e
investigación estudiantiles, se volvió a retomar el paradigma integrador cualitativo-
cuantitativo.
Distribución
de tareas
Otra
tarea importante para el buen desarrollo del proyecto fue la distribución de
responsabilidades de los docentes sobre la investigación en los corregimientos.
La cual quedó así:
· Claudio
Lasso: Cabrera, Buesaquillo y San Fernando
· Arturo Obando
Ibarra: Catambuco, Santa Bárbara y Jongovito
· Weimar Gómez:
Gualmatán, Genoy y Mapachico
· Nelson
Narváez: El encano, La Laguna y El Encano.
· Rosa Pabón:
La Caldera, Obonuco y Mocondino.
Con
posterioridad a la recolección de información, los docentes Nelson Narváez,
Weimar Gómez y Rosa Pabón se retiraron de la Universidad y sus funciones como
investigadores y asesores de grupo corregimentales, fueron asumidas por los
docentes Giovany, Luis Carlos Ortega y Graciela Lucero. Luis Carlos Ortega y
Arturo Obando Ibarra asumieron la responsabilidad de cuatro corregimientos cada
uno.
Convocación y motivación de estudiantes
La
tercera tarea, correspondiente a la convocatoria y motivación de estudiantes, se
hizo con la comprensión básica de que se estaba apostando en la práctica a una
especie de hibridación disciplinaria: el encuentro entre las ingenierías, las ciencias
administrativas, las sociales y las de la salud, con gran impacto en la diversificación
de los destinos de los futuros egresados, marcados en el mundo laboral con
nuevas formas de relación con el trabajo y asociados con nuevas competencias
laborales, entre las cuales se anotan las de enfrentar los problemas y proponer
colectivamente nuevas alternativas.
Se
convocaron estudiantes porque los
docentes de la Universidad Mariana, en especial, tenemos la tarea de impulsar
la cultura investigativa, desde la confrontación y formulación del
conocimiento, la interpretación de los fenómenos sociales, económicos,
políticos, científicos y culturales, interdisciplinariamente, posibilitando el
diálogo de saberes y disciplinas, con capacidad de relacionar los saberes
universales y las mediaciones en lo local y cultural. Así los estudiantes mejoran
los hábitos de construcción de preguntas pertinentes, de observación, de trabajo
sistemático con propósitos claros, de labor coordinada en equipo con imaginación
y creatividad, los cuales no se consiguen solamente a través de cátedras de
investigación, sino en la práctica del oficio.
Este
último criterio se ilustra mejor con la metáfora que un docente de la Universidad
Mariana expresó un día, intentando explicar por qué es tan difícil para los
estudiantes el oficio de investigar, a tal punto que causa temor indescriptible
la construcción de los proyectos y el enfrentamiento con los jurados, fuera
claro está, del temor normal que acompaña a una persona al presentar en la
palestra pública su trabajo investigativo. Aquel temor es totalmente ajeno a la
alegría de investigar. Uno de los jurados, al ver la expresión de angustia en
el rostro de los estudiantes coinvestigadores, expresó en una socialización que
enseñar metodología de la investigación, semestre tras semestre, es como
enseñar a un joven estudiante a jugar basquetbol, mediante explicaciones
magistrales con ejemplos en el tablero durante tres o cuatro semestres para después
pedirle que diseñe su proyecto de juego, el cual se somete a aprobación por
parte de un jurado y finalmente exigirle que salga a ¡jugar basquetbol! con la
obligación de ganar, porque va a ser calificado.
La
motivación y convocatoria dio como resultado la conformación, por sorteo, de
dieciséis grupos interdisciplinarios de cuatro estudiantes coinvestigadores cada
uno a razón de un grupo por cada corregimiento5. Cada grupo tuvo un Ingeniero Ambiental, un
Contador Público, una Enfermera, una Trabajadora Social. Los ingenieros de
sistemas decidieron conformar un grupo aparte de seis estudiantes con el fin de
montar un sistema de información turística para todos los corregimientos.
De esta
manera, cada docente tuvo a su cargo tres corregimientos y tres grupos de
estudiantes de cuatro personas cada uno, los cuales desarrollaron su proyecto
de investigación sobre el diagnóstico del potencial endógeno en cada uno de los
corregimientos asignados, que les sirvió como trabajo de grado.
Comentarios